sábado, 3 de marzo de 2012

Crónica musical concierto Moby Dick por elerizoalbino


La intensidad de Neuman llega a Moby Dick (Madrid, 25.02.2012)

Me ha costado sentarme y comenzar a escribir esta crónica. Y no sólo por motivos que ahora no vienen al caso, sino también por la dificultad de hablar objetivamente de un grupo que a este Erizo le fascina y al que me une una conexión especial. Curiosamente últimamente tengo ganas de poco; de salir, de hablar, de contar… Pero de un buen concierto siempre hay ganas y el 25 de febrero no veía la hora de salir del curro para ir corriendo a tomar unas cañas y unas papas con jamón y pimientos, muy bien acompañada de amigos que hacia tiempo que no veía. Qué excusa más bonita para quedar y verse, ¿verdad? ¡Un conciertazo de Neuman! Aunque apenas los conocieran y menos aún en directo. La llegada a la sala fue…  ¿cómo diría yo?… un poco chocante, ya que yo no conocía tal sala ‘temática’. Entramos. Guay, gente la justa. Momento de ir a por las birras. Nunca pensé que tal acto se convirtiera en una gran aventura Mevilliense. Después de una barra a otra y tira porque me toca, ¡por fin conseguimos una verde! Resignación, pues la otra opción era una “para celiacos”. Nos posicionamos. ¡Uy! Casi, casi los primeros. Delante, como siempre, el gigante con pibón, que nunca te deja ver en panorámico sino mas bien en macro. En fin… Que sin darnos cuenta la sala ya estaba llena. Cosa que me alegraba una barbaridad. El éxito de Neuman estaba  asegurado.
Fue Paco el primero en subir al escenario; comenzaban los silbidos y aplausos preliminares. Un tímido saludo y Fernando, frente al teclado,  tocó las primeras notas de “Lovers”. Se hizo el silencio, la expectación del público ante la preciosidad que abre el nuevo álbum de la banda, The family plot. La locura se desató con “Jane”, a la que siguieron la nostalgia y la visceralidad de temas como “My dad” o “Friends”.  De corrido y sin interrupciones, con tan solo unos minutos,  ya nos tenían cautivados y captados.
Si pensabais que Neuman es uno de esos grupos que os podría decepcionar… Os equivocáis. Superan cualquier expectativa, así que, si podéis, no dejéis escapar la oportunidad de ver a estos chicos en vivo. Neuman no necesita de diálogos, no necesita de presentaciones. Con su música, y su buen hacer se bastan y se sobran para conectar con su público. Público que acompañaría a Paco, en la que probablemente sea la canción más bonita de Plastic Heaven, “I have the will”.
Fue  sin duda el momento más emocionante del concierto. Alguien comentó entonces como le recordaba la voz de Paco y él en general a Thom York. Yo asentí.
 Luego llegó “Plastic heaven”;  tenían que tocarla: es uno de los mejores temas de su anterior trabajo y todos la estábamos esperando. “Doggy” y para terminar el tema que da título al último disco, “The family Plot”. Tímidamente, antes de marcharse Paco daría las gracias a los allí presentes. Estaban contentos. Fue un éxito.
No se hicieron mucho de rogar para el bis…¿o sí? De todas formas, este Erizo se alegró de que dejaran lo mejor para el final: “Ingrid”, “Hammond” y la gran “Sil fono”.
Tras el concierto solo podían escucharse palabras de admiración. Y qué feliz me hacia escuchar de alguno que desconocía la banda cosas como que aunque era la primera vez que los veía, no iba a ser la última, destacando lo bien que habían sonado y la gran aportación del violín. “Es la primera vez que los veo y no va a ser el último, me ha gustado mucho,  suenan muy bien, y el violín ha sido lo que mas me ha gustado.” Algún otro conocido y entendido bloguero comentaría que son una realidad y, aunque poco reconocida, “si fueran de NYC serían un grupo de culto, estoy seguro; te ponen los pelos de punta”.
A Neuman se les puede incluir dentro del shoegaze y el postrock, pero tienen un estilo propio, de temas muy extensos donde una instrumentación intensa adquiere más peso incluso que la propia voz. La voz de su líder, cálida y sensible, dirige un entramado de emociones que se transmiten a través de cada nota. Su música esta llena de matices, que nos derivan siempre a un mismo mundo: el de la emoción, el de los sentimientos. Son de una pureza desmesurada y, gracias a su calidad como músicos, cuidan y ponen el alma en todo lo que hacen. Y se nota en su directo. Así lo demostraron el pasado 25 de febrero.

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